El
policía bonaerense también sufrió la pena de 5 años de inhabilitación. La
condena es por considerarlo autor del delito de homicidio agravado -de Pablo
Kukoc- por su comisión con un arma de fuego, cometido con exceso en el
cumplimiento de un deber
El
Tribunal Oral de Menores número 2 condenó este viernes a Luis Oscar Chocobar a
la pena de 2 años de prisión en suspenso y de 5 años de inhabilitación como
autor del delito de homicidio agravado por su comisión con un arma de fuego,
cometido con exceso en el cumplimiento de un deber. El policía mató a Pablo
Kukoc, el joven de 18 años que robó y atacó a puñaladas a un turista
estadounidense en el barrio de La Boca, en diciembre de 2017.
En
tanto, para el abogado de la familia de Kukoc, Pablo Rovatti, “lo más
importante es que el tribunal dictó una condena. Esto quiere decir que los
jueces consideraron que lo que hizo Chocobar es un crimen, que ningún policía
puede hacer lo que hizo, que eso está prohibido y es delictivo. La condena
impide que Chocobar siga siendo policía y que porte un arma, para lo cual
evidentemente no estaba capacitado. Eso es una garantía y un mensaje importante
para toda la sociedad”, expresó.
Además,
el letrado consideró que ningún “policía que mata a tiros por la espalda a una
persona que huye está justificado, nadie que haga eso cumple con su deber, sino
exactamente lo contrario. Todo policía sabe bien esto y aclarar que la enorme
mayoría de las y los policías respeta la ley en el cumplimiento cotidiano de
sus tareas. En este caso no se juzgó a la policía, sino a un funcionario
concreto que abusó de su función y privó arbitrariamente de la vida a una
persona. No hay que confundir las cosas”.
De
todos modos, Rovatti no se mostró del todo conforme con el fallo y consideró la
condena como “demasiado leve para la enorme gravedad de la conducta que se
probó en el juicio”, al tiempo que anunció que su estudio va a “recurrir en
Casación por la cuestión de calificación jurídica y la pena que corresponde
imponerle. Pero un hay primer paso dado, Chocobar es culpable y fue condenado”,
concluyó.
El
caso
La
mañana del 8 de diciembre de 2017, Frank Wolek, un turista estadounidense
paseaba sacando fotos por La Boca, cerca de la zona de Caminito. De repente,
Pablo Kukoc, de 18 años y un cómplice, que tenía un año menos, lo atacaron para
sacarle su cámara. Forcejearon con él y le dieron diez puñaladas. Los dos
jóvenes salieron corriendo. El más chico logró escaparse, mientras que Kukoc
fue interceptado a tres cuadras por otros dos hombres que le cruzaron una moto.
Ellos, junto a un tercero que apareció caminando, le pegaron en la cara a Kukoc
y le sacaron la cámara para devolvérsela al turista. En ese momento, el policía
Luis Chocobar apareció en escena disparando. Estaba de civil en la zona y
cuando vio lo que le había sucedido a Wolek, corrió detrás de Kukoc, quien huía
del lugar. Al llegar a la esquina de Irala y Suárez, el oficial le disparó al
menos siete veces, dos de ellas fueron las que impactaron en Kukoc, una en el
muslo izquierdo y otra, la que le provocó la muerte, en la parte baja de la
espalda.
Tanto
el ex presidente Mauricio Macri como su ministra de Seguridad, Patricia
Bullrich, defendieron de manera pública el accionar de Chocobar. De hecho, la
exfuncionaria firmó una resolución que autorizaba a los miembros de las fuerzas
de seguridad a disparar contra quien “se fugue luego de haber causado, o de
haber intentado causar, muertes o lesiones graves”. Así entró en vigencia el
“Reglamento General para el Empleo de las armas de fuego por parte de los
miembros de las Fuerzas Federales de Seguridad”, que cambió de manera drástica
los criterios de precaución que hasta ese momento debían tener los miembros de
las fuerzas de seguridad antes de disparar con sus armas. A esta modificación,
se la denominó “Doctrina Chocobar”.
El
policía Luis Chocobar recibido por el ex presidente Mauricio Macri en Casa
Rosada.
En
sus alegatos, la fiscal del juicio, Susana Pernas, sostuvo que Chocobar era
autor del delito de “homicidio agravado por haber sido cometido con un arma de
fuego en exceso del cumplimiento del deber” y pidió tres años de prisión en
suspenso. La querella, en cambio, solicitó una pena de prisión perpetua y el
delito que le imputó fue el de “homicidio agravado por haber sido cometido por
un funcionario de policía con abuso de sus funciones”. Por otro lado, la fiscal
había pedido 18 años de prisión para el menor acusado. El juicio llegó a su fin
luego de ocho meses con varias interrupciones por la pandemia. Antes de eso, la
defensa del policía hizo planteos para que se hiciera un juicio por jurados,
algo que en la Ciudad no está permitido.
Fuente: Efecto Domino
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