“Los primeros 100 años de la Reforma Universitaria”


El mes de junio del corriente año 2018 se cumple el primer Centenario de la Reforma Universitaria. Tal acontecimiento se remite a aquel histórico llamamiento de la provincia de Córdoba, por parte de un grupo inicial de jóvenes estudiantes y profesionales, durante una creciente actividad de jornadas que planteaban ampliar y extender el alcance y la inclusión educativa de aquel entonces.
Es preciso comprender la situación histórica, política y social de aquel entonces.
En el ámbito nacional, la ascensión del gobierno radical de Hipólito Yrigoyen, en 1916, concretó el avance ideológico y político de los sectores medios y obrero-populares, generando el primer proceso de orientación “populista” en Argentina (antecediendo varias décadas al también “populista” peronismo), así como un consabido cúmulo de espacios y de instancias que permitieron una participación mayor de las amplias mayorías, antaño explotadas económicamente y oprimidas ideológica y políticamente durante sucesivos gobiernos oligárquicos de orientación alternada entre conservadores y liberales.

En el ámbito internacional, culminaba el auge de la inmigración masiva del período 1870-1900, período que concretó el florecimiento del movimiento obrero argentino, en condiciones de expansión económica productiva, tomando mucha “mano de obra barata”, con su contrapartida dada, del mismo modo, mediante la proliferación de los primeros grupos militantes anarquistas y socialistas, de muy diversas extracciones y de muy diferentes prácticas y resultados; a su vez, la configuración de intereses de la Primera Guerra Mundial y las revoluciones sociales y políticas derivadas (tales como la Revolución Socialista en Rusia y alrededores), modificaron y transformaron,  enormemente, la situación geopolítica en todas las latitudes del planeta.
La contínua prédica de aquella militancia ideológico-política de grupos anarquistas y socialistas, junto con la ineludible necesidad de una nueva formación en la clase trabajadora preparada para afrontar los desafíos de una clase dominante “modernizada y competitiva” ante los mercados de esos años, generaron las condiciones de cambio también en el área de la ciencia, de la técnica y de la educación pública en general.
Era evidente que una educación terciaria excesivamente “elitista”, que continuara reproduciendo las desigualdades e inequidades que provenían, no sólo “de arrastre” desde unas deficientes instrucciones primaria y secundaria sino, por sobre todo, de las miserias e injusticias estructurales del país, ya estaba vetusta para asumir las demandas de la época y, peor aún, resultaba demasiado “exclusiva y excluyente” para una gestión ideológico-política de identidad “populista” como el radicalismo irigoyenista.
Y, a tal cúmulo de situaciones objetivas, se sumó el surgimiento de toda una generación de intelectuales,provinientes,en su mayoría,de los sectores medios y populares,quienes escuchaban “los nuevos vientos”, adhiriendo a las luchas y a las nuevas reivindicaciones de amplísimos espacios y colectivos sociales, políticos y culturales, frente a un estancamiento ideológico, moral, académico y educativo profundamente reaccionario, represivo y atrasado que, aún, se resistía a caer.
Pensemos en el aporte favorable de figuras de la gran talla de José Ingenieros, de Alfredo Palacios, de Deodoro Roca, de tantos, tantos otros miembros de lo más avanzado del conocimiento y de la cultura, de las ideas y de la política, con su innegable e indeleble impacto en las instituciones y en la opinión pública, durante y desde esos momentos, tan claves y tan decisivos.

La contínua y sostenida forja de aquellas históricas jornadas, con su justa masificación social y su genuino arriago en las masas populares, vino a señalar un cimbronazo,”un antes y un después”, un verdadero hito en la historia de la educación argentina.
Es por esto que, según el análisis serio y pormenorizado de agudos investigadores y pensadores, es posible definirla como una continuación “natural” de la promulgación e implementación de la “Ley 1420” originada durante la “Generación del 80” del siglo XIX.

Y,más aún,es justo e inevitable rescatar un factor central en sus hechos y en su perdurabilidad: la Reforma Universitaria de la Córdoba de 1918 marcó un ejemplo de inspiración educativa, social y cultural inmenso, cuya trascendencia superó las limitaciones del tiempo y del espacio, logrando proyectarse en todo el continente latinoamericano, y ganando el apoyo fraternal y la solidaridad activa de brillantes y excelsos precursores del mundo de las ideas “de vanguardia”, de la ciencia, del arte y de la cultura de esos crudos pero fervientes días.
Evidentemente,sin la Reforma Universitaria no hubiera sido posible, en definitiva, ni siquiera pensar en democratizar el conocimiento, los saberes y la producción de ideas,aún por sobre la gran sucesión de adversidades y de contradicciones,de falencias y de carencias que,todavía,exigen y reclaman oir a la actual “mayoría silenciosa” que,sin prisa pero sin pausa, sigue alzando la voz, reclamando y proclamando nuevas ideas, nuevas propuestas y nuevos porvenires de justicia y de libertdad.

“Centenario de la Reforma Universitaria”

Recuerdo aquellos estudios
de juventud inicial,
entre trabajos y apuros,
rumbeando en la Facultad.
Aquellos años izaron
mis ansias por aprender;
tan firme y con entusiasmo,
por realizarme y crecer.
Conocimientos muy vastos,
complejos y muy profundos;
con ganas me deslumbraron,
brindándome un nuevo mundo.
Una enseñanza tan amplia
jamás tumbó a mi actitud;
con desafiante constancia,
iba avanzando en la luz.
Mi aprendizaje fue extenso,
desde mi infancia más tierna;
mi adolescer,sin aliento
y,así:veinte años de escuela.
Una y mil veces he vuelto
a ese saber postergado;
logré alcanzar mil anhelos,
ya tengo,en fin,varios años…
Recuerdo aquellos momentos
de estudio y de militancia,
de compañías y afectos,
de empleos y de esperanzas.
Aún soy un proletario,
con más conciencia y más ansias.
Hoy,son apenas 100 años:
¡Reforma Universitaria!
Jóvenes intelectuales
¡lograron unificar
la ciencia y los ideales
y,así:se puede estudiar!!!

Zapata,Fernando Adrián

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